SINOPSIS TELENOVELA LA MALQUERIDA
La Malquerida es la historia de Acacia, una hermosa joven que de niña pierde a su padre, Alonso, en un terrible accidente. Sin saberlo, en su padrastro encontrará, uno de los triángulos amorosos más letales.
Cristina, la madre de Acacia, repentinamente queda viuda y descubre que su hacienda está endeudada. Sin ver una posible solución, decide que lo mejor es vender la hacienda, a pesar del inmenso dolor que le causa perder el patrimonio de su difunto esposo. Es en ese momento, que Esteban, un apuesto trabajador de la hacienda, le ofrece a Cristina su ayuda para salvar esas tierras.
Poco a poco, Esteban y Cristina levantan la hacienda, con la convivencia y el esfuerzo, su relación se convierte en un bello amor. Esto provoca en Acacia un terrible dolor, pues a su temprana edad, no logra superar la muerte de su padre y mucho menos puede aceptar que su madre tenga una nueva relación. Tal es su desacuerdo que intenta huir de la hacienda. Al darse cuenta del sentir de Acacia, sus abuelos hablan con Cristina, para que su nieta se vaya con ellos, en lo que supera la muerte de Alonso.
Pasa el tiempo y una noche Acacia regresa a la hacienda, convertida en una bellisima joven que despierta el deseo de Esteban, quien primero no la reconoce y se presenta como el dueño de esa hacienda, pero Acacia desafiante le responde que la dueña es Cristina viuda de Rivas, su madre. Esteban se da cuenta de que esa hermosa joven es Acacia y trata de limar asperezas con ella. Se vuelve condescendiente y la trata bien como cuando era niña.
El regreso de Acacia a la hacienda despierta el interés de Manuel, un amigo de la infancia, que se propone casarse con ella, pero por cuestiones del destino, Acacia conoce a Ulises un día que él está enfrentando a Esteban, lo que provoca en ella una fuerte admiración por ese joven tan decidido, y es esa admiración, la que poco a poco se convierte en amor.
Pero ese amor se ve truncado un día que Ulises desaparece de la vida de Acacia, lo que la orilla a estar más cerca de Esteban, y esa cercanía provoca que el inmenso deseo de Esteban por Acacia crezca, al grado que la misma Acacia confunda sus sentimientos y tratando de evitar una tragedia, acepte casarse con Manuel.
Esteban se enfurece, y ese amor tan grande y puro que siente por Cristina, se convierte en amargura, pues enloquece al no poder tener a Acacia.
Solo el verdadero amor, puede traer la alegría de nuevo a la hacienda “La Benavente”, y regresar la armonía al corazón de Acacia y de Cristina; a diferencia de la pasión ciega, que mata, destruye y solo hace de la mujer amada, una malquerida.
